
A pesar de las exigencias de los pasajeros ¡Señor cuidado! ¡Oiga maneje con cuidado! ¡Qué le pasa cómo maneja!, nuestro “querido” chofer, en manos de quien estuvieron nuestras vidas, no dejaba de acelerar, rebasar, pitar y maltratar los nervios de sus pasajeros.
Siempre hay uno, pero en este caso son muchos
Publicado por Gabiru en 6:33
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