En uno de mis viajes a mi querido Ambato encontré en el Trole a tres personajes muy peculiares que hicieron más corto mi viaje de la parada El Ejido al Terminal Quitumbe.
Estaba sentada casi en la mitad del Trole, más cercana al conductor que a la última puerta de entrada y salida, mi mirada se concentró a mi lado derecho, pues delante de mí se encontraba un joven más bajo que alto cubierto por un saco blanco y un pantalón gris, toda su ropa estaba sucia, rota y revelaba su estado de indigencia. Este hombrecito regresaba a ver cada dos minutos hacia atrás y levantaba la mano con alegría “Hola, hola, hola pana hola” después se recostaba sobre su asiento y se reía, esta rutina se repitió varias veces durante mi viaje.
Cuando el hombre “que mira la luna” regresaba a ver hacia atrás me percate que un señor de edad avanzada hacia lo mismo, pero buscaba algo, tal vez al pana del loquito, cuando mire el rostro de este señor me asuste, sus ojos eran completamente blancos lo que revelaba su ceguera, pero ¿buscaba algo que mirar o simplemente quería ser cómplice del no cuerdo?
El tercer personaje de mi viaje fue un perro, mire su cola que salía de una cobija mientras su dueño se dirigía de su asiento a la puerta. El perro parecía muerto, no se movía, no ladraba, no lamía. No era un perro pequeño, era un perro mediano que colgaba del brazo de su amo cubierto por una cobija. “¿Está muerto?, “tal vez está enfermo, pero por qué su dueño lo transporta en Trole y no toma un taxi para llevarlo al veterinario, tal vez no tiene dinero, tal vez él lo mató y lo lleva a enterrar lejos de los ojos de sus hijos”, esos eran mis pensamientos en ese instante cuando el perro, tal vez con la intensión de proteger a su dueño de mis malos pensamientos, se movió.
Estas son las historias que uno encuentra en el transporte público.
El no cuerdo, el ciego, y el perro
Publicado por Gabiru en 10:29
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1 comentarios:
talves lo mato? creo ke todos llevamos un psicopata dentro pero llevar el trofeo de paseo por el trole seria una alternativa muy inusual, en todo caso, todas las posibilidades pueden ser reales mientras uno divaga a tal escala, la unica historia que recuerdo del trole es cuando, me robaron mi billetera sin siquiera percfatarme, con tal elegancia yo solo le augur'e un buen futuro al h'abil ilusionista que luego del hurto procedio a devolverme mi billetera con tal candidez que yo termine por agradecerle, cuando me di cuenta, obviamente me la habia devuelto sin mis pobres 5 dolares que llevaba dentro, quizas no ser'ia una fortuna pero para entonces servirian para invitar a una amiguita de turno a un heladito, a lo mejor el hizo lo mismo con su amiguita de turno, sin embargo aun sostengo mi respeto y admiracion al mal llamado antisocial, que simplemente aprovecho mi condicion de pseudo adolescente elevado, tomo prestado un poco de dinero para alimentar de ilusiones a otra incauta, que si bien no seria la mia pero que igual contribuiria al shakirismo de este pais jajaja!!!!
Ven mas seguido pa ke nos sigas deleitando con las historias
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