Debería existir una ley que prohíba a los transportistas públicos compartir sus gustos musicales con los pasajeros. ¿Por qué tengo que escuchar reggaeton o vallenatos durante más de dos horas cuando viajo en bus? Imposible, totalmente imposible tolerar la tormentosa de melodía de una tipo de música que no me gusta y peor aún a todo volumen mientras me aferro a mi asiento porque el bucero toma las curvas de la carretera como si fuese un juego, en el juego el que gana es quien más maltrata al pasajero.
Para ser ganadores los señores transportistas utilizan variedad de herramientas, para mi la más eficaz es la música, después el tener que buscar oxigeno desesperada porque el bus va completamente lleno con pasajeros apretujados por todos lados, también está el típico frenon que obliga a la frente a golpearse contra el asiento y el usual acoso del controlador.
Señores chóferes del Ecuador son pocos muy pocos quienes pierden el juego!!!
Cuando la música se convierte en martirio
Publicado por Gabiru en 10:46
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